Tengo ganas de escribir sobre dos cosas.
La primera es feliz así que empezaré con esa
(y después veo si puedo prepararme psicológicamente para la segunda).
Tema A
Esta noche hago mi cumple en un bar cerca de casa. Es relativamente chico, acogedor, luces tenues, buena música y pantallas gigantes. Algunos de mis invitados vienen a cenar (carta, menú mexicano o pizza) y otros caen a tomar unos drinks. Tipo nueve nos encontramos ahí (sí, temprano pero vamos a ver
el partido juntos). Entre mis invitados están
mi tierno amigo y
el hiperhistérico.
No, no quiero seguir con esta historia. ¡Pero la otra es taaaan...!
Tema B
Después de leer la última entrada de
Gastón, me dieron ganas de contar lo que me pasó a mi cuando estuve en esa situación. Después de casi un año y medio de relación -y pasando cuatro días juntos en la costa-
él me dijo que ya no sentía lo que había sentido antes, que nos teníamos que separar. Sí, claro que leyeron bien, fue durante unas mini vacaciones. Se ve que no podía esperar a volver. Se ve que no podía decírmelo antes de viajar. El mismo día que llegamos al hotel, ya
desparramados en la cama, me confesó que ya no me amaba más y que lo mejor era distanciarnos. Sentí que
se me caía el cielo, que se me cerraba la garganta, que se me daba vuelta el mundo. A veces creo que todo esto pasó ayer, que todavía tengo esas sensaciones feas
a flor de piel. Él me preguntó si quería que se fuera, si quería estar sola. Pero no. Probablemente, hayamos pasado los días más lindos después de mucho tiempo. Raro, ¿no? Es como si de repente hubiéramos cortado el compromiso (hubiera cortado
su compromiso) y ahora, liberado, pudiera soltarse más, disfrutar más. Nunca dudé que
se divertía conmigo y esos días me lo reafirmaron todavía más. Y tuvimos una última noche. Y fue rara porque era la última y yo lo sabía. Y
se me rompía el corazón porque no podía concebir pensar en no poder ver más a esa persona. Eso sentía. Era un corte definitivo. ¿Cómo puede ser que sintiera tan claramente un distanciamiento definitivo estando con él de viaje, teniéndolo tan cerca? No sé qué habrá sentido él esa última noche. Sé que no quise que terminara más, que
no podía entender que no fuéramos a estar tan cerca nunca más. Sé que lloré y que me dormí abrazándolo. Sé que él se dejó abrazar y que fue el mismo de siempre.