Usted que sabe tanto (I)


Profesor de Ética Profesional: ¿Y a usted qué le parece? ¿Existe la xenofobia en nuestro país?
Compañero: Sí, sobre todo con los extranjeros.

No es lo que parece


Ocho menos cinco de la mañana me subí al 132 que todos los días me lleva a la facultad -los que conocen el rumbo están habilitados (?) para intentar adivinar qué estudio-. No quedaban asientos libres pero sólo éramos tres las personas paradas. Me fui para el fondo y me quedé cerca de una pareja. Apenas los vi, pensé en este blog y en lo que quería contarles sobre ellos.

Ninguno de los dos llegaba a los cuarenta y ambos estaban vestidos de negro. Él con traje y sobretodo (negro); ella, pantalón de vestir y piloto (también negro). Los dos llevaban anteojos oscuros, alianzas anchas y doradas, y cada uno estaba compenetrado con su mp3 como si el otro no existiera. Al principio, me dije: "Están juntos pero están re separados, cada uno en su mundo, ¡qué bajón!". (Nota: no, no sé por qué lo pensé así pero me pareció triste). Y cuando me pude acercar más me di cuenta que estaban agarrados bien bien fuerte del brazo y que -para que ella dejara de cabecear, vencida por el sueño- él se había sentado mejor (aunque más incómodo) y había apoyado la cabeza de ella sobre su hombro para que pudiera descansar las pocas paradas que quedaban antes de bajar.

Una voz en el teléfono

"¿Qué hacés XXXX? Habla XXXXXXX. Bueno, mirá, yo ya no estoy en mi casa así que, bueno, ni llames a mi casa. Te llamo en quince, yo voy a estar por Villa Urquiza. Bueno, te llamo en quince y vemos, vemos en dónde nos encontramos, a ver por donde estás... Bueno, beso".

-Mensaje de voz de mi querido traficante colombiano.

Carguen, apunten, ¡fuego!


Los tipos de mi edad están en la boludez. Sí, claro que hay excepciones a la regla pero la mayoría siguen estando en la edad del pavo (y eso que tengo veintidós años, eh). Yo necesito una persona que tenga los pies sobre la tierra, nada de barriletes. Es por eso que, de ahora en más, apunto a flacos de veinticinco para arriba. Es un hecho.

NS/NC


Quiero pensar que todas estas sensaciones feas que estoy teniendo -últimamente- están relacionadas con mi cumpleaños, con una etapa nueva que está por empezar. No sé bien qué es lo que me pasa pero me siento desganada, vacía de emociones, como diría mi abuelo: "¿Cómo ando? Tirando". Siempre odié esa expresión, ahora mi vieja la está empezando a usar y estoy cansada de decirle una y otra vez que deje de decirla, que suena fea, que suena pobre, que suena triste. Sé que, a veces, hay que dejar que todo fluya, que tenemos que darnos la posibilidad de estar mal, darnos la oportunidad del silencio, de las lágrmias. Ojalá fuera tan fácil.

¡Atención, lectores!



¿Alguno/a de ustedes tiene idea qué pasó con Pollita en Fuga?
Es que hoy volvimos a hablar de este texto en clase.

¿Alguien leyó "Cuando me muera quiero que me toquen cumbia", de Cristian Alarcón?
Ah, porque me parece que voy a elegir ese entre la lista que proponen en la facu.

Dando vueltas como una calesita

Cuatro posts seguidos sobre hombres.
Admitámoslo: algo no anda bien.

Esta es la historia de un pibe que me encantó desde le primer momento en que lo vi, me flasheó mal en una fiesta de quince en Puerto Madero. Como era amigo de una amiga, empezamos una relación amistosa muy rápido. Por esas cosas de la vida, yo rompí mi cuasi hermandad con ella -nada tiene que ver esto con mi acercamiento hacia él- pero con el flaco todo siguió perfecto. Me acuerdo que el tercer cumpleaños en el que me lo encontré, me dijo: "Creo que vos y yo vamos a tener una linda amistad". ¡Qué cursilería barata!

Pasó el tiempo y fuimos afianzándonos. Yo seguía metejoneada hasta el caracú, obvio, siempre fiel a mi estilo. Un verano, estando yo en Cariló, lo vi online y le tiré la onda de pasarlo a buscar un día por Gesell. De una me dijo que sí, que esperaba mi llamada. Eso hice: me contacté con él y lo pasé a buscar. Esto fue hace cuatro veranos, ponganlé (?). Lo llevé a casa y se lo presenté a papá. (Nota: mi viejo estaba chocho de la vida, le estaba llevando un caramelito de esos que no se encuentran a la vuelta de la esquina. Varias veces papá me dijo que le encantaba que él tuviera conciencia social -por un comentario sobre el Comedor Los Piletones, no sé.)

En esos dos días que pasó con nosotros me tiró algunos palitos y seguimos la relación durante todo el año. Al verano siguiente, vacacionó en otro lado y se tomó un bondi exclusivamente para venir a estar conmigo. Yo, enamoradísima. Pero esta vez fue diferente. Yo dormía en una habitación separada de la casa (con mi baño y mis cosas y la mar en coche). Y dormimos juntos allá (Nota: recuérdese que mi viejo quería que yo estuviera con este pibe, ¡lo adoraba!), juntos y solos y lejos de la casa y de la gente. Y me siguió tirando palos pero nunca hice nada. Nunca. Porque yo sentía que todo era una fantasía pero que no iba a terminar de cumplirse jamás. Y lo conocía. Sabía que si él quería algo, iba a hacer algo. Y no quería pensar en la posibilidad de rebotar y seguir teniendo contacto (por lo menos hasta que se fuera de mi casa, no sé).

Fue pasando el tiempo, fui a la casa, vino a mi casa, salimos a cenar y todo. Me hizo propuestas indecentes cuando yo estaba de novia y él soltero. Me hizo propuestas indecentes cuando los dos estábamos en pareja. Me hizo propuestas indecentes cuando los dos nos quedamos solteros y después se hizo el gil. Cuando lo apuro, se hace el gil. El año pasado, semanas antes de irme de viaje por cuatro meses (y estando con mi superamiga), le tiré la frase graciosa por sms. Sí, esa que están pensando, la famosa "¿Da para darnos?". Esa noche no contestó. Dos días después hablamos por msn y me preguntó si podíamos hablar de eso. Le dije que sí y tiró algunas preguntas como, por ejemplo, si estaba borracha, si me arrepentía, etc. (Nota: ¿Si me arrepiento? ¡Te encanté, loco!) Tranquila le dije que no estaba ni borracha ni arrepentida. Y todo quedó en la nada cuando me preguntó qué pensaba yo que pensaba él al respecto. Ayudándolo (no sé por qué), le dije que seguro que no podía/quería porque estaba en un compromiso en ese momento. Y me dio la razón el muy cagón.

Cuando volví (él ya separado de la anterior pero en una nueva relación), me tiró la onda de nuevo. Seguro pensaba que yo no me iba a animar. Acepté la propuesta y, automáticamente, se tiró para atrás. Le dije que no había problema, que hacíamos borrón y cuenta nueva. Obvio que aceptó. Veremos cuánto dura esta gilada de dar vueltas, de avanzar y retroceder y todas esas boludeces de pendejitos comemocos.

combinación im-perfecta


Después de un día algo largo, recién llego de terapia.
Estoy empezando a enteder que tengo un alto umbral de sensibilidad.
Me la tengo que bancar y listo.

***

-(...) y por eso estuve triste estos últimos días...
-No, no estés mal. Ya sabés: cuando no tengas nada que hacer, me llamás y me decís: "Gordo, ¿puedo ir para tu casa que estoy aburrida?". Hablando de eso, ¿ves que -al final- nunca venís a dormir a casa? ¡Yo quiero ver el babydoll! Jajaja
-Jajajajaja ya sé. Pero este viernes no puedo.
-Bueno, después arreglamos. Pero, volviendo a lo de antes, vos tenés que abrirte a mí.
-...
-Sentimentalmente hablando, claro jaja
-Jajajajajaaja (morite)


Nota: ¡Mañana empiezo Dance Mix con Leo Picinato!

Un viaje para el olvido


Después de casi dos años de hablar con un tipito por messenger, el año pasado decidí ir a verlo. Me aparecí así como quien no quiere la cosa; lo llamé y le tiré la dirección en la que estaba (dos calles cualquiera de ahí) y me dijo que a la tarde me pasaba a ver por el hotel. ¡Cuánto había puesto yo en ese flaco! Finalmente, yo había juntado los cojones y pensaba que, verdaderamente, podíamos tener algo. ¿Qué importaban los 400 kilómetros de distancia? Hasta tenía un plan armadito para separarme plata y viajar seguido a verlo. ¡Qué idiota fui, señores! ¡Qué estúpida, señoras!

Me vino a ver al hotel (yo estaba con mi superamiga), hablamos un rato y se fue. Yo sé que él también había tenido la fantasía de estar conmigo. ¡Yo lo sé! Un par de horas más tarde lo apuré por sms. Me dijo que él había sentido un montón de cosas por mí pero que todo eso había sido hacía tiempo y que ahora estaba en otra. No sé si creerle, si pensar que me vio y no le gusté, si se cagó en las patas porque hice algo que tal vez él nunca hubiera hecho. Nunca más volvimos a tener contacto.

Divisadero y Cerezo


ELLA dice: ¿"tarde como la otra vez" quiere decir que vendrías para acá?
P.N.S.U.R.H.Q.S.U.R dice: sí, voy, no quiero que andes lejos con la camioneta
ELLA dice: ¿entonces llegas tipo 2.30... 3?
P.N.S.U.R.H.Q.S.U.R dice: sí, por ahí, salgo del laburo a las dos
ELLA dice: entonces arreglemos ahora y listo, porque -si te llamo- cancelás : )
P.N.S.U.R.H.Q.S.U.R dice: jaja, dale arreglemos, mañana alas 2.30 en Divisadero y Cerezo
ELLA dice: listo, en el mismo lugar de la otra vez. ahora no podes llamarme y decirme que no-
P.N.S.U.R.H.Q.S.U.R dice: no, ya está. fijo.

No sabía que, después de esa madrugada juntos, iba a tener que esperar casi un año para volver a verlo ♥

¿Spaghetti del rock? My ass

Si yo te digo que estamos hablando sólo de una estructurita hecha con madera o cañas, cubierta de papel o de tela, que tiene forma poligonal, una colita y un piolín largo desde donde sostener, aún así, ¿me creerías si te cuento que hoy, en esta tempestad, este barrilete parece ser irremontable?

apasionada(mente)


Como le contaba hoy a mi amiguísima, yo me considero una mina apasionada. Dice la Real Academia Española:

apasionado, da.

(Del part. de apasionar).
1. adj. Poseído de alguna pasión o afecto. U. t. c. s.
2. adj. Partidario de alguien, o afecto a él. U. t. c. s.
3. adj. Se decía de la parte del cuerpo afectada de algún dolor o enfermedad.
4. m. germ. Alcaide de la cárcel.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Y cuando utilizo este término me refiero a una mina que le pone ganas, que le pone garra. Yo suelo conocer gente nueva y, si me caen bárbaro, estoy en contacto, me comunico. Llamo, hablo, mensajeo, salgo. No me gustan las relaciones super tranquilas, me gustan las relaciones con chispa. Me gusta estar encima del otro y me gusta que me estén encima (resérvense los comentarios puerquitos... bueno, alguno pueden tirar, pero uno solito). Me gusta contar con el otro y obvio que me gusta que el otro cuente conmigo, que me tenga presente. Estos últimos días estoy medio bajón con esas cosas. No estoy pudiendo cambiar algo que me hace mal del resto. Y el resto tampoco parece poder/querer cambiarlo. Se me está complicando el tema porque no sé bien qué hacer en estos casos y sólo me dá por llorar.

| NO REGRETS |


Yo sé que hoy ustedes están esperando (es un decir) que yo les cuente que anoche tuve la mejor noche de toda mi vida; que quiero gritarle a los cuatro vientos que la pasé boooomba, que todavía me tiemblan las patitas. (*) Pero, por desgracia o por fortuna, no puedo. Porque ayer no lo vi. Porque me di cuenta que tenía ganas de hacer otra cosa hoy muy temprano y que, para poder hacer eso que quería hacer hoy muy temprano, tenía que dejar de lado el plan con mi amigo tierno. ¿Y saben qué? No me arrepiento. ¿Se acuerdan del día que me dejó sola? Como esas, hubo varias. Entonces, yo me pregunto: ¿cómo es? ¿Él se curte cuando quiere y yo tengo que dejar de hacer lo que tengo ganas de hacer para ver si le agarran ganas de darnos una refrescada? A mí me parece bien si todos piensan que me cagué en las patas porque, total, tengo la conciencia tranquila (¿qué tendrá que ver una cosa con la otra?). Hoy me felicito por haber elegido hacer lo que quería hacer. Y si vamos a tener acción, podremos tenerla hoy, mañana, pasado... cuando sea.

No sé qué quiero pero sé lo que no quiero


Sí, a mi me pasa como a Calamaro en su canción Donde manda capitán y acá hago una breve lista de las cosas que no quiero:
  • Que no valoren mi esfuerzo. Esto viene a colación de algo que pasó esta mañana en la facultad. La profesora me devolvió un parcial que decía: "7.8 (siete)". Yo no soy de protestarle a los profesores, créanme. Pero, ¿cómo "(siete)"? ¿Me perdí de algo? Terminé encontrando un error en su corrección y me dijo que me subía a 7.9. Yo que le tenía respeto, que la quería, que me parecía una de las profesoras del grupo buena onda. Estas cosas no hacen más que bajonearme, no me dan ganas de hacer nada, no quiero esforzarme y esforzarme al pedo. Yo suelo ser re pajera en la facu, ¡ojo!, pero esta vez me parece que la mina se comportó de terror.

  • Que me traten de boluda. Sí, esto podría incluir el comentario de arriba. Estoy hablando de forrearme, de decirme una cosa por otra, de querer venderme gato por liebre. Quiero gente frontal (y, admito, que también tenga los filtros básicos -tomen esa última palabra como quieran) pero no asesina, no criminal (Asesino, criminal, ¡mataste a mi canario!). Que me digan las cosas que me tienen que decir. Y sí, puede que me enoje, claro que sí, pero que se desahoguen (porque a mi también, muchas veces, me cuesta decir las cosas que pienso/las cosas que siento, pero sé que es lo mejor).

  • Quedarme al lado de la gente que me hace sufrir. Con solo veintidós años (y no es para recibir mimos y palmaditas en la espalda), tengo la cuota llena, al día, de lagrimitas y pucheros. De ahora en más, me gustaría poder distinguir fácilmente a la gente que me hace mal, a la gente que no suma, que vive restando y vive molestando. Espero haber aprendido y seguir aprehendiendo: tampoco vamos a echarle la culpa sólo a los loquitos y loquitas que quieren romper las pelotas. Porque esto es como el hambre y las ganas de comer, ¿no?

  • Desaprovechar los momentos lindos. Porque yo sé que después viene el arrepentimiento y sé que es ahora el momento de pasarla bien. No quiero más colgarme de la palmera con cosas feas. Quiero disfrutar de todo, de todos. Fo-ca-li-zar-me.

Estas vendrían a ser algunas de las cosas más importantes (y penes) que se me ocurren ahora. Cuando pensé en lo que quería escribir -en la clase de la profe que se pasó al bando mala onda-, aparecía un flash de cosas más simples, más boludas, más banales. Tal vez otro día tenga ganas de escribir sobre eso. Tal vez no.

De cornamentas


No los acepto. Me das asco, rechazo y hasta me malhumoran. Estoy hablando de los cuernos. Podría intentar hacer el esfuerzo de entenderlos, pero jamás justificarlos. Últimamente, me vengo distanciando de una compañera/amiga/compañera (nótese el detalle, por favor) por este tema. Yo no me siento mala amiga al decirles a ustedes que me estoy alejando de ella porque le mete los cuernos al novio/marido (no hay papeles pero sí convivencia hace unos años). ¡En absoluto! Ella no me ha demostrado ser lo suficientemente capaz de dar (puede recibir, pero le cuesta bastante entregarse al otro). Bueno, ríanse, sí. Parece que estoy hablando paparruchadas porque digo que no le cuesta entregarse pero bien que se entrega de lleno a los pitos (perdón caí en lo vulgar).

Cuestión que está de novia hace como cuatro años, convive con el tipo desde 2007. Hace un mes me enteré que, durante mi viaje, apareció un tercero en discordia (que las dos conocemos y que tiene mujer e hijos) y se lo estuvo moviendo de febrero a mayo. Y hasta hace dos semanas, se quejaba porque se le pinchaban las salidas con otro tipo recien divorciado (que, seguramente, al día de la fecha, ya se volteó).

Repito, no me siento mal, no me siento una mina juzgadora. O sí, yo qué sé. Las cosas como son, gente. Está viviendo con un flaco y se revuelca con todo el mundo. A mí no me parece, no me gusta y decidí alejarme de ella. Apenas pueda, se lo voy a decir. Si ella se enoja, se va a estar enojando más por su actitud que por la mía, porque no puede resolver sus problemas con su novio/marido, ese tipo que no entiende por qué todos los días se tiene que agachar un poquito más para pasar por la puerta.

¿Mi primer tipo? ¡El traficante colombiano!


El otro día le contaba a mi superamiga que todavía tengo el teléfono de la casa de ese primer tipito que me voló la cabeza. Bueno, es un decir. Tampoco sé si fue el primero. Osea fue el primero, pero siempre tuve alguien en quien pensar (desde cuarto, quinto grado). La última vez que lo vi fue hace tres años más o menos. Si llegara a encontrármelo en la calle hoy, me moriría bien muerta, no hay dudas.

Nota:
también me moriría de vergüenza pero son esas cosas que te dan ese no-sé-qué (reaparecerían las mariposas en la panza, tampoco tengo dudas de aquello). Cuando mi primo lo conoció, dijo que este flaquito se parecía a un traficante colombiano. De ahora en adelante, lo llamaremos así.

El que espera, desespera


Venía en el bondi pensando en lo que espero de la gente y en lo que espero que la gente espere de mí. No es la primera vez que abro el tema en público y me gustaría saber qué piensan todos sobre esto. Voy a tratar de explicarlo lo mejor que pueda.

A mi no me copa que me digan que no hay que esperar nada de nadie (no por eso voy a borrar sus comentarios si opinan así) porque me resulta raro. Me parece loco, no sé. Yo espero muchas cosas de mucha gente. Sí, está bien. Comprendo que, a veces, eso me lleve a lo que yo llamo frustración, frustración, frustración. ¿Pero cómo hacer para no poner el ojo en el otro?

De mis amigos, por ejemplo, yo espero que sean mi soporte, mi contención. Espero que encuentren en mí un aliado, que se me cuelguen del hombro cuando me necesiten, que me usen de oreja. Necesito que me cuenten sus cosas, que me cuiden, que me quieran y que me respeten. Y yo ofrezco lo mismo. Espero que esperen de mí que les sea fiel, sincera y verdadera; que los levante veinte, treinta, cuarenta veces; que esté en todos los momentos lindos y en todas las situaciones feas. Espero que recurran a mí cada vez que tengan un problema, cada vez que tengan ganas de llorar y de autocagarse a trompadas.

¿Acaso soy tan a n o r m a l?

Habrá que ver cuánto le dura, ¿no?


Ayer a la tarde / Casa de ÉL.

ÉL:
¿Entonces? ¿Cuándo dormimos juntitos? Porque me pateás y me pateás y me pateás-
YO: Bueno emm, ¿puede ser un día de semana?
ÉL: Nono, mejor el viernes o sábado
YO: Está bien, el viernes entonces. Sisi, el viernes
ÉL: ¡Dale! Pero mirá que hace mucho que no duermo con una mujer...
YO, sintiéndome morir: AIII :)
ÉL: ¿Y cómo vamos a dormir? ¿Como dormimos cuando estamos solos o con alguna indumentaria en especial?
YO: ¡Pensemos algo divertido!
ÉL: ¡Ya sé! Como Tarzán
YO: ¿Y yo como Cheeta?
ÉL: No, tenías que decir "yo como Jane"
YO, nerviosa y tapándome toda, a propósito: Bueno, yo como Jane. Me voy a tener que cuidar...
ÉL: Jaja, sí. Igual... tranquila que no te voy a acosar sexualmente
YO: ...

Nota:
el jueves SEGURO viene Andrés (?)

¿Qué hago? ¿Voy o no voy? ¿Le cancelo y lo pospongo?
¿No le cancelo, voy y me le tiro a la yugular?
¿Voy y espero y, si no avanza, me duermo?
¿Me invita y me dice que no me va a acosar?
[seguro que sale cucharita, eso lo sé]

Directas | Indirectas


¿De qué sirve dejar las indirectas de lado y tirarle palos a un gil de goma? ¿Para qué gastar energías en juntar las bolas que hacen falta, desembuchar y que el resultado no sume? Entonces no sólo importa poder tener las agallas necesarias para decir lo que se quiere decir. También hace falta que la persona a la que le decís bien directa lo que le querés decir, entienda al vuelo y reaccione (porque si solo entiende al vuelo pero se hace el dolobu, la cosa no funciona).

she's got issues


No me gustan las nueces, tampoco las almendras, las castañas, el maní japonés, etc. Siempre me enamoro de tipos histriónicos, tipos que -de alguna u otra forma- siempre intentan llamar la atención más que los otros tipos. Puedo contar a mis amigas más cercanas con los cinco dedos de cualquiera de las dos manos que Dios me dió. Verdaderamente, creo que nadie valora lo que tiene hasta que lo pierde. Soy sietemesina. No pregunto muchas cosas sobre mis abuelos por miedo a que me duela lo que me digan. Sueño con tener un trabajo que me encante y una casa llena de hijos. No quiero novios de River; tampoco de Leo. Soy celosa de todo el mundo y, a veces, me autocontrolo de una forma increíble. Luimi es un capo y prometo ir a verlo la próxima vez que venga a Buenos Aires. Alto porcentaje de inseguridad. Aunque me encante el perfecto resultado, me rompe las pelotas ir a depilarme (todas las veces, esa sensación chota parece no irse más). No me gustan las películas de terror. Me rompieron el corazón más de una vez.

Necesito medicación


Como les dije el otro día, hoy hay salida cope. Tipo nueve empieza la función. Después sale cena con mis amiguillos y, más tarde, cumple de mi amiguísima (por plaza Serrano). Aunque sé que faltan varias horas para salir, desde la mañana que estoy pensando opciones de vestimenta. Necesito ayuda. El que quiere oir, que oiga (y el que quiera opinar, que opine).

a) musculosa/vestidito coral (Complot), calzas muy ochentosas (violeta con negro-verde-azul-rojo-naranja-etc), zapatos negros (taco chino) y algún abriguito negro tranqui.
b) idem opción anterior (excepto por la musculosa: ahora, un vestidito negro bien de verano).
c) vestidito violeta-azul-etc super veraniego (Complot), calzas negras, zapatos negros (taco chino) y abrigo negro.
d) idem opción c) (excepto por el vestidito: ahora, camisa roja y negra cuadrillé, de Complot).

Nota: sí, fan de Complot.
Nota2:
antes de la elección, recuerden que viene conmigo mi amigo tierno ;)
Nota3:
puse ese título porque, simplemente, pintó. Sin embargo, también es el nombre de una canción de Estopa. Y, para aquellos que gusten de ellos como yo, les dejo uno de mis temas preferidos.

El que se quema con leche, ve una vaca y llora


Los hombres nacidos bajo el signo de Leo me llaman poderosamente la atención. No sé bien qué es lo que me pasa pero es algo bastante loco. Suelo sentirme automáticamente atraída por ellos. Pero no me hacen bien. ¡Ojo! Tengo amigas leoninas y amigos leoninos y está todo bien con ellos. Sin embargo, no compatibilizan conmigo a la hora de los arrumacos. Serán fuego puro (o como quieran llamarlo) pero, muchas veces, caen en el egocentrismo y la extrema autosuficiencia (y es lindo sentir que la otra persona puede valerse sola pero que, en algún punto, necesita del otro). Más vale que siempre existen las excepciones a las reglas pero ya tuve varias experiencias chotas, prefiero rajarles.

Por lo meno'



Recién acabo de sacar cinco entradas en fila siete para ir a ver a IMPROCRASH este sábado 15 de agosto a las 21, en el Centro Cultural Konex. ¿Quiénes vamos? Amigaza, amigota, superamiga, tiernoamigo y yo. (Sé que parezco una flor de boluda hablando así pero, tal vez, es más divertido. Bueno, tal vez no, ya lo entendí. ¿Qué es más fácil? ¿Decirles que somos cinco los que vamos y listo? ¿Darles los nombres? ¡Ni pienso!)

Acá les dejo su facebook por si les interesa.
Las entradas las saqué por Ticketek.
Ahora habrá que ver el espectáculo y después les paso mi crítica.

Nota:
desde que vi esto, no puedo esperar para ponerlo en práctica AAAAAAAAAAAAH.

Cuando no entra, ¡no entra!

laqueleshabla: tengo la sensación que todos los días cambio de opinión respecto a si existe o no la amistad entre el hombre y la mujer, ¡no me entiendo!
superamiga: no existe, claramente. siempre uno le va a tener ganas al otro
laqueleshabla: ¿siempre siempre? ¿entonces la poca cantidad de flacos que tengo alrededor me quiere dar/le quiero dar? ¿estás segura?
superamiga: siiiii, puede ser q sea inconciente, q vos le quieras dar pero no lo sepas o q sea al reves
superamiga: nombrame 5 amistades masculinas q no le des, q ni se t haya cruzado un "te parto en mil papu"
laqueleshabla: no, no sé si llego a las cinco amistades masculinas. puedo decirte que un par me gustaron pero jamás miré con otros ojos a los novios de mis amigas. ¡JAMÁS!
superamiga: pero los novios de tus amigas no son tus amigos. son los novios de tus amigas. ademas, no cuentan pq son minas
laqueleshabla: ahora todo me queda más claro


superamiga
, te banco. pero no me quedó claro una mierda.

Una más del montón


Hace dos horas me enteré que, desde hoy, soy una desempleada más. Ya no me necesitan porque ni siquiera tienen trabajo para ellas. Así que ahora estamos en stand by. Claro que no me voy a enganchar con eso de que "en cualquier momento podemos necesitarte" porque, sino, me quedo colgada de la palmera (esperando y esperando) y ¿quién paga mi tarjeta de crédito? ¿Magosha? A este malestar, súmenle que hace media hora me comí una ensalada con chauchas que -minutos más tarde, cuando volvió mamá de trabajar- me enteré estaban crudas. Ahora tengo una bola verde que va del estómago al esófago y, de ahí, al estómago de nuevo. Soy un animal, claramente.

¿Se pudieron imaginar cómo me siento?
Sí, así de mal como se lo armaron en la cabeza.
Tal vez pior.
Por suerte, a las cuatro tengo psicólogo (?)

(Hablando se entiende la gente)


La joven, podrida de estudiar, se tira en la cama a ver la novela de la noche. Tres machos más buenos que comer pollo con las manos aparecen en la pantalla del solcito. En el departamento de tres ambientes hace frío y su madre, al teléfono, no para de cacarear y putear. De pronto, suena el celular de la piba y atiende.

-(¿número desconocido? ¡qué raro!) hola
-hola gorda, ¿cómo andas?
-(es él, gente, es él) hola, ¿bien y vos?
-bien, ¿estás estudiando?
-sip (seca. cortito y al pie)
-te llamaba para desearte suerte para el final de mañana
-¡ai gracias, capo!

(boludeces en el medio)

-bueno, mañana avisame cómo te fue, ¿dale?

-dale, mañana te llamo y te cuento
-besito, gorda
-beso (ruido de chuik)


Precabida, la pendeja vaga se junta con unos amigos en el Mc que está a la vuelta de la facultad. Afuera, el sol todavía no se digna a salir y en unas horas se define el último final del cuatrimestre. Poco a poco, la gente va llegando al baile. Algo vibra en el bolsillo de su abrigo, la chica abre el cierre y mira su celular. Tiene un mensaje de texto de él.

-suerte, cucuruchito. mucha merde, mua.


Tres horas más tarde, con el siete en la mano (la nota y el quetejedi), la joven decide responderle.

-siete
-bien, gorda. ¡genia!


Ni lerda ni perezosa (pero bastante boluda) y con una mueca en la cara -además de la compañía de dos amigas cómplices que intervienen en el brainstorming o también llamada tormenta de ideas- la chica decide ir por más.

-ahora que terminé de rendir, me podés invitar a dormir :)
-bueno, así será

Había una vez una minita a la que le encantaba decir que sí


Siempre es más fácil mirar la paja en el ojo ajeno, ¿no? Y aunque intente, le ponga empeño y ganas, no los recuerdo. Hablo de mis no. No creo ser una minita complicada y, debo reconocer, me encanta decir que sí. Salvo contados casos especiales, evito el no. Bueno, no sé si evitar es la palabra que quiero usar, pero espero que entiendan mi punto. Dejando de lado ejemplos puntuales, prefiero decir que sí. Me gustan los planes anticipados y también puedo aceptar invitaciones espontaneas (igualmente, me inclino más por los primeros); hasta creo ser de esas amigas que se copan para acompañar a sus propias amigas a aquellos lugares a los que nadie quiere ir, a los que nadie puede ir por tener cosas más importantes que hacer.

Y no puedo evitar no ponerme mal cuando me dicen que no a mí. Ya sé que, si fuéramos todos iguales, el mundo sería un embole... pero cuando las relaciones se vuelven una gran acumulación de no(es), aparece lo que yo llamo frustración, frustración, frustración. Juro que intento pensar en otra cosa y sé que no por eso voy a dejar de decirles que sí, pero es que hoy sólo puedo pensar en que me encantaría que todas esas personas que, últimamente, me tiran por la borda planes e invitaciones se dieran cuenta que cada una de sus respuestas negativas me duele tanto como una trompada de esas que te dejan tirada en el suelo.

Me tomo una agaromba...


Mañana rindo mi final oral número dos,
no estoy estudiando (casi) una mierda
y me asusta que me importe un carajo.

Espero tener buena suerte
y que, con eso, me baste.


Nota:
Ayer mi amigo me llamó dos veces pero decidí no atenderlo. Me autoaplaudo.

Mi problema son los tipos


Hace casi un año y medio que soy sola, que no tengo festejante, hombre interesante que -por motus propio- decida quedarse cerca y desafiar los vientos y mareas a mi lado. Un macho que las tenga bien puestas, ¡que me vuelva loca! Estuve un tiempo afuera y conocí a dos tipos que, aún con su esperada y pronosticada histeria, supieron hacerme bien, supieron hacerme sentir bien.

-El yankee, un par de años más chico que yo, era divertido y simpático. Tenía un aire a Nick Carter, auto y creo que lo que le llamó la atención fue mi espontaneidad y mis demostraciones de "todo me chupa un huevo". Un poco cagón y con novia, por momentos.
-El tano (de escorpio) me llevaba algo más de una decena y media de años. Y ahí tenía toda la atención: me venía a buscar al trabajo, iba al supermercado, me cocinaba en casa y hasta lavaba los platos. Es cierto, a veces se ponía denso.


Cuando volví, me di cuenta que todo seguía como siempre
(tampoco es que me fui del país por mi separación, claro que no).

Tengo la necesidad de gritar a los cuatro vientos que tengo un problema de tipos. Admitámoslo, reconozcámoslo. Y dejé pasar un tiempo para ver si los planetas, finalmente, intentaban llegar a un acuerdo y se alineaban, aunque sea por una puta vez. Y me volvió a salir mal, pero eso es otra historia.

Me quiere; no me quiere


Ayer me llamó sobre la hora para acompañarlo a una cena informal cerca de la casa de mi ex. Aunque me había comprometido en sentar el culo en la silla y estudiar hasta tarde, le dije que sí. Bajamos juntos por el helado y caminamos abrazados. Me dejó elegir dos gustos y, una vez más, me dijo que le encantaba mi perfume. Después de comer, volvimos para este lado y nos encontramos con una amiga en común y su novio en un bar muy cool. A la hora, mi amigo decidió irse porque tenía un cumple en un lugar bien y entraba gratis hasta las dos. Ahí me dejó, ahí lo odié y no paré de odiarlo hasta apoyar la cabeza sobre la almohada. (Y lo odié porque yo dejé mis cosas por él para hacerle compañía; él no tuvo problema en irse sin mí, en dejarme en Pampa y la vía).

Recién me levanto y, cuando voy a ver la hora en mi celular, aparece el texto "1 Mensaje nuevo de: XXXX", que dice: "Estudiá mucho, gorda. Te quiero mucho. Sabes que sos la mejor, me encanta tu compañía".

La mirada de los otros


Según asegura mi psicoanalista, no es bueno que terceros me vean tan felizmente agarrada de uno de mis mejores (y poquísimos) amigos varones, tan sonriente y empelotudizada. Eso les haría pensar que, entre nosotros, existe algo más que una pura y sana relación de amistad. Sin quererlo, estaría como boicoteando futuras relaciones.

Creo que no le estoy dejando muy en claro
las ganas que tengo de darle matraca a mi amigo.